Cancelación, atrasos, y otras yerbas
No sólo suspendieron el tren que debía salir, sino que el siguiente, que venía de A. Korn, llegó mucho más tarde, y además hubo líos varios.
Todo venía normal: puteadas por lo bajo, “qué barbaridad!” de algunos/as, encendido de cigarrillos. Hasta que se empezó a escuchar la discusión entre un hombre y un chancho (suena raro, no?). El tema es que me acerqué y me enteré de que este hombre venía de Korn, de donde se tomó un colectivo a Glew porque allá se había suspendido un tren y avisaron que el siguiente, a las 19, tampoco saldría. Cuando en Glew se enteró de que allí también habían cancelado un servicio, se encabronó. Y mucho más cuando anunciaron que el próximo tren a Plaza sería el que salía a las 19 de Korn...
Para peor, los chanchos, esos que piensan que porque usan un uniformen tienen algún tipo de poder celestial, le faltaron el respeto tanto a él como a otros usuarios que nos acercamos, gritándonos y, para colmo, diciéndonos que éramos nosotros los que les faltábamos el respeto a ellos.
Se armó un tole tole importante, porque muchos se acercaron a los gritos a tratar de desahogar la bronca por los problemas diarios del tren.
Salió, entre otras cosas, un tema que vi hace dos semanas y que luego me olvidé de comentar acá: hay que prestar atención a ciertos grupos de chanchos (en general van de a 4, calculo que para ejercer más presión) que andan en los trenes que no están muy llenos, solicitando boletos. Cuando encuentran a alguien sin él, se hacen pagar una multa de $ 3 (la real es de $ 5) sin darle un comprobante de pago al usuario, e incluso amenazando con que si no se la pagan, deberá abonar en la estación los $ 5. Como podrán apreciar, esa plata se la quedan ellos...
Pasó que hace dos semanas, cuando vi que estaban haciendo eso en el tren en el que iba, me metí, diciéndole a la gente que no pagara ninguna multa y que, de última, se bajaran del tren y esperaran el próximo (hay gente que realmente no puede pagar boletos, como me pareció con aquella pareja con un bebé a la que querían multar). Uno de los chanchos se me acercó y me preguntó si yo tenía boleto. Yo le dije que sí y se lo mostré (de lejos, por las dudas). Ante esto el tipo me dice: “Entonces no se meta”. Uy! Fue peor, me puse como loca y tuvimos una discusión importante que terminó bastante graciosamente. Pero temo que siguieron haciendo lo mismo, porque hoy en Glew varias personas dijeron que vieron hechos similares.
El tema es que HAY QUE METERSE y no dejar que nos avasallen.
Y por otro lado, hay que hacer algo con el tema de estos laburantes. Yo soy una mina que estoy del lado de ellos ante cualquier conflicto y me da bronca (mucha) que estos tipos se pongan en contra de todos los laburantes que a diario usan el tren, poniéndose la camiseta de la empresa como si fuera de ellos y creyéndose que pueden ejercer niveles de autoridad que no les corresponden. Yo sé que por este blog (no sé si en la lista también) pasaron algunos trabajadores de la empresa (o alguien con relación con ellos), así que me interesaría mucho saber qué pasa con estos tipos que se portan como la peor lacra.
Al margen, difundí el blog y el grupo entre algunas personas y me traje una dirección de mail de un usuario interesado. Hay que tratar de canalizar, en cada situación, la bronca de la gente. Trabajo de hormiga...
Saludos,
María.